Cruzando Oregon
Saliendo de Coquille hacia el este se puede tomar la Hwy 42 hacia Roseburg, aunque en mi caso opté por un camino rural que me recomendaron: Coos Bay Wagon Road. Además de tener la ventaja de evitar el tráfico de la autopista, este camino tiene excelentes paisajes, pasando primero por una zona rural del valle del rio Umpqua, y luego subiendo un cerro (de mucha pendiente), desde el que se baja a la zona de Lookinglass, ya cerca de Roseburg. En esta zona tambien se puede acampar libre en tierras públicas, en general no hay casi población, por lo que la primer noche de este tramo acampe en esta zona.
Una vez en la ciudad de Roseburg, luego de parar a aprovisionarme, continué por la 138 en dirección al este y Diamond Lake, lago que se encuentra en el paso de montaña y al cual iba apurado sabiendo que se aproximaba una tormenta de nieve importante en los siguientes días, que probablemente haría imposible el cruce. A pesar del apuro, a media tarde decidí parar en el último punto antes del paso, Glaide, un pequeño pueblo a unos 40 km de Roseburg. En parte gracias a la insistencia de Abe y su compañera, que me alojaron y me ayudaron mucho con la planificación, y con llenar el estómago para la ocasión. Gran decisión, y grandes personas.
El siguiente día hasta Diamond Lake fue durísimo, son aproximadamente 100 km con unos 1400 m de desnivel, y además en el último tramo de ruta comenzó a nevar y acumular, aunque todavía estaba transitable. Llegué a última hora al lago, al extremo sur, donde hay un sector de acampe para ciclistas aparentemente gratis, aunque de todas formas sin gente ese día. Duro lugar, horario y condiciones para llegar y armar la carpa, pero después de unos minutos de sufrimiento, adentro y a disfrutar el calor del hogar, hasta la próxima jornada.
El siguiente dia había que completar el cruce, del que por la ruta más fácil sólo quedaban subir 200 m y después era sólo bajar hacia Klamath Falls. Peeero elegí el camino que sube y pasa por el parque nacional Crater Lake. El camino estaba cerrado al tránsito, cubierto por una capa de nieve que al principio era de unos 5-10 cm y se dejaba pedalear, pero a medida que fui subiendo se hizo más complicado, y termine a pie los últimos 200 m de desnivel, de los 600 totales. Esto llevó unas 3-4 h extra, fue posiblemente de lo más duro del viaje, y sumado a eso estaba atravesando nubes y parecía que no iba a ver nada. Pero finalmente valió la pena cada hora de esfuerzo y dedo congelado, una vez alcanzadas las vistas increíbles del cráter por encima de las nubes. Como me anticipo Michael, Crater Like es definitivamente «World Class».
Pasada la cumbre, la bajada también llevó un rato caminando, y otro par de horas pedaleando en nieve/hielo en la ruta a Klamath Falls (62), ya con los últimos instantes de luz. Por suerte, una vez más cerca de la ciudad se contactaron Lorene y Dick que me estaban esperando en Klamath, y me levantaron en la ruta, unos ídolos.
El día siguiente fue de descanso en la ciudad, viendo llegar la tormenta que me había estado corriendo, y recuperando los pies q todavía no sentía completos. Un mes después, mientras escribo esta entrada, siguen recuperándose de un congelamiento del que no fui consciente hasta después del viaje.
Las rutas se complicaron y se avecinaba más nieve, así que escuché las sugerencias de la gente de Klamath y tomé un tren hacia Reno, para retomar el viaje en bici desde ahí hacia las Vegas. Esto, además, me daría un par de días extra para agregar ruta más al sur y, de pasada, dí una vueltita por Sacramento (California) en la escala del tren.