Trekking Everest
Ruta al campo base del Everest y ruta de los dos pasos
Parque Nacional Sagarmatha, 240 km y 21200 m de desnivel + acumulado, 10 días.
Punto de inicio y fin: Salleri. Detalles del recorrido en GAIA.
El trekking al campo base del Everest, así como a sus variantes, puede comenzar en Lukla, Salleri o Jiri, tres pueblos diferentes en la montaña. Para llegar al primero, hay vuelos directos desde Kathmandú, y es la opción mas popular, aunque no la más económica (200 USD por tramo). A los otros dos se puede llegar por ruta, pero quedan más lejos del Everest que Lukla, por lo que hay que agregar 4-5 días de trekking desde Salleri y 8-10 desde Jiri (a un ritmo promedio). En mi caso había llegado a Salleri en bicicleta, por lo que empecé desde ese punto. Existe la posibilidad de tomar un jeep que te acerca un poco más, ahorrándo quizás un día de caminata. Pero ahí estaba para disfrutar de la caminata, así que nada de atajos.
El techo del mundo, el monte Sagarmatha (más conocido como Everest), es una atracción para miles de visitantes cada año. Pero no es el único de este parque nacional. El valle del Solukhumbu alberga varios picos montañosos impresionantes, glaciares, lagos y muchos pequeños poblados de montaña de la comunidad sherpa. Dentro de las rutas de trekking existentes, la más popular (y también la más comercial) es la que permite llegar al campo base del Everest. También se puede combinar con otras rutas menos concurridas que cruzan altos pasos de montaña comunicando diferentes poblados, así como ascensiones a diferentes cerros en el camino (de hasta 6000 m). De esta forma, existen las opciones de hacer 1, 2 ó 3 pasos.
En este caso voy a describir la combinación del campo base del Everest con la ruta de los 2 pasos. Pero antes de mi experiencia, algunas aclaraciones importantes:
– Estos recorridos se pueden hacer de forma independiente. No es una novedad, y se puede encontrar esta información en varios otros blogs. Sin embargo, el 99% de las personas que crucé iban con guía/porteador, y muchas de ellas se sorprendían de ver a alguien andando por su cuenta.
Una vez sabido esto, por supuesto que luego está en el gusto y las posibilidades de cada uno. Los senderos están marcados en su mayor parte, y en donde no tanto, siempre se dispone de GPS y mapa en el teléfono, por lo que no es indispensable un guía.
En cuanto al porteador, depende del peso que cada uno quiera llevar. Si bien son rutas demandantes y de muchos días, la infraestructura del parque permite ir liviano, cargando sólo dinero para cubrir temas alimentación y alojamiento.
En mi caso cargué carpa y equipo de cocina, pero no lo recomendaría. Es mucho peso y, más allá de haber ahorrado algo en hospedaje y comida, no merece el esfuerzo. En algunos lugares incluso te ofrecen una habitación gratis mientras consumas en su restaurante, que es su principal ingreso.
Por otro lado, por más que se pueda llevar algo de comida, cubrir 15-20 días en muy difícil. Mi recomendación sería cargar algunos snacks y chocolates, abrigo, dinero y a caminar.
– Respecto a los días que implica la ruta, si bien describo un circuito realizado en 10 días, hay que tener en cuenta que, teóricamente, a un ritmo promedio llevaría 17 días. Ese tiempo tiene en cuenta algunos días de aclimatación a la altura y de descanso, así como también a recorridos diarios más cortos.
Prácticamente caminé unas 10 hs por día a un ritmo alto, salteando pueblos en los que normalmente se pararía, y sin días de aclimatación. Aunque a todos les parecían distancias de locura, no dudo en que muchas personas lo hacen en menos tiempo, pero aclaro esto para no generar confusión: la caminata hay que planearla para al menos 15 días.
Trekking Salleri-Everest BC (base camp)
Como en mi caso había llegado en bicicleta a Salleri, comencé a pie desde allí. Es el mismo punto del que se parte si se viaja en bus/jeep, y prácticamente el mismo también para los que vuelan a Phaplu, pero 2-3 días mas retrasado que si se vuela a Lukla. Dato: Se puede tomar un jeep desde Salleri hasta Kare, el último punto a donde llega un camino transitable, y acortar el camino un día.
Como la gran mayoría vuela a Lukla, los dos primeros días fueron muy tranquilos, cruzando pocas personas y algún que otro jeep. A pesar de no encontrarnos todavía en la ruta de trekking en sí, lo interesante de estos primeros dos días fue conocer pueblos que no están tan dedicados al turismo, como después vería más adelante. Fue muy interesante ver el cambio cultural y de rasgos físicos de los habitantes del valle del Solukhumbu en relación a lo que venía conociendo de Nepal. Esta zona se encuentra habitada por la comunidad sherpa, que conserva gran parte de la cultura tibetana.
Los senderos en este tramo, similares a los del trekking Annapurna, consisten en escaleras de roca que suben y bajan cerros todavía bastante selváticos. El primer día, después de unos largos 25 km, se largó una gran tormenta al atardecer y paré a acampar bajo una gran roca, cerca de Karikhola, un refugio espectacular para descansar viendo la tormenta.
Todo esto disimuladamente, porque no me quedaba claro aún si podía acampar. No me encontraba dentro de los límites del parque, pero si en la zona «de transición». Aún así, las reglas no son claras en el parque tampoco. Dice «prohibido acampar, excepto en los lugares habilitados», pregunté en dos puestos de control del parque cuáles eran estos lugares y la respuesta fue la misma: «ni idea». Para no meterme en problemas, de ahí en adelante acampé fuera de los hospedajes pidiendo permiso. Claramente no es una práctica habitual, y a todos sorprendía.
El tercer día, después de pernoctar un poco más adelante de Chaurikharka, me encontré con una imagen nueva: filas de caminantes y sus guías y porteadores. Una realidad de estos caminos que uno conoce previamente y espera encontrar, pero que aún así es poco agradable. Sin embargo, después de adelantarme a estas filas, desde el mediodía me encontraba nuevamente caminando en soledad y rápidamente llegué al principal poblado del parque, Namche Bazaar, donde me aprovisioné para seguir camino.
Después de otras 10 largas horas y casi 30 km llegué a Tengboche (3900 m snm), un pequeño caserío cuyo paisaje está dominado por un imponente monasterio. Ya en una altura donde el paisaje cambió radicalmente, con un bosque bajo y más seco, y divisando varios grandes picos nevados cómo el Ama Dablam (6812 m snm), una de las montañas más lindas del parque. Después del Dal Bhat de todos los días, a descansar y disfrutar de esa postal.
En este punto podría ser necesario un día de aclimatación. Cómo no sentí ningún malestar, retomé la caminata al día siguiente. Desde allí se puede ir a Dengboche, para posteriormente conectar con Kongma La (y hacer 3 pasos) y desembocar en Lobuche. Decidí saltear este paso e ir directamente a Lobuche (4940 m snm). Este tramo ya es plena alta montaña, casi sin vegetación, con valles de rocas y glaciares rodeados de gigantes blancos. Los poblados ya consisten en unos 4 o 5 hospedajes y alguna que otra casa dispersa.
A Lobuche llegué con un poco de dolor de cabeza, algo esperable, por lo que consideré un día de descanso. Sin embargo a la mañana siguiente, sin ninguna molestia, la motivación me hizo encaminar hacia el campo base del Everest (5365 m snm). Claro que no es aconsejable subir tanto en tan poco tiempo, pero dado que me sentía muy bien, no fue un problema. A media mañana me encontraba en el campo base. Fue impresionante estar tan cerca del Lhotse (8516 m snm) y el Nuptse (7861 m snm), y de la cascada del glaciar Khumbu en la base del Everest. Un lugar también repleto de los campamentos de todas las agencias que hacen expediciones a la cumbre. Sin embargo, el Everest no se ve desde ahí. Con esos otros dos monstruos delante es difícil verlo, por lo cual hay que buscar otros miradores.
La cumbre se puede ver un poco antes de llegar al campo base, y para mejorar esta vista se puede subir a un cerro que está a nuestras espaldas en ese momento, el Kala Patthar (5545 m snm). Pasado el mediodía volví hasta Gorak Shep y subí este cerro. Una subida de 45-60 min. Llegué a la cumbre justo para ver el Everest que ya se nublaba, sacar una foto, y empezar a correr para abajo porque se largó a nevar y soplar fuerte. Y así bajé derecho a Lobuche, para pasar la noche nuevamente ahí y disfrutar la nevada desde la carpa, después de cerrar el día de campo base con una buena pizza 🙂
Trekking de los dos pasos (Cho La y Renjo La)
Día siguiente me encaminé hacia el Cho La, primero de los pasos. Es una jornada larga, que implica subir nuevamente a 5500 m, cruce de un glaciar incluído (técnicamente sencillo), y sin puntos poblados por mucho tiempo, así que hay que preveer eso. Llegado al punto más alto, con otra linda vista del Everest, cociné unos fideos rápidos que en ese lugar sabían como la vera pasta italiana.
Lo que más disfruté de este día fue la soledad, literalmente no crucé a nadie de la mañana a la noche, y esto tiene que ver con que ya la ruta se separa del camino más popular del campo base. Después del paso y de unas 3 hs de bajada llegué al pimer caserío (Dragnag), aunque con ganas de llegar a Gokyo seguí un par de horas más. Otro día de locura (10 hs y 18 km), por lo que finalmente decidí tomar un día de descanso, aprovechando que estaba en este lindo poblado en la costa del lago Gokyo, y que la gente del Lake Side Lodge me invitó muy amablemente a quedarme dentro.
El día de descanso empezó con madrugar 4:00 am y subir el cerro Gokyo Ri (5357 m snm) para ver amanecer. Valió la pena. La vista del Everest desde ahí fue la mejor hasta el momento, además del glaciar y los cerros aledaños. A media mañana bajé y entonces sí, a disfrutar de un día de no hacer nada, más que pasar la tarde alrededor del fuego con la gente sherpa 🙂
Al día siguiente: Renjo La, el segundo paso. Un poco más corto, luego de 3 hs estaba arriba disfrutando de la que, para mí, fue la mejor vista de Everest, similar a Gokyo Ri pero algo más arriba, y del Cho Oyu hacia el otro lado. Increíble lugar.
Al bajar se recorre el valle del Bothe Koshi. Unas 2 hs por un valle árido rodeado de espectaculares montañas, y luego empiezan a aparecer pequeños caseríos y muchos corrales de roca para los yaks. Sigue siendo una parte de la ruta poco transitada, y se pueden apreciar más auténticos poblados sherpa. A media tarde pasé por Thame, el poblado principal de valle, muy lindo.
Seguí un par de horas más y, antes de llegar a Namche Bazaar (punto principal y más concurrido del parque), aproveché para parar en el tranquilo Thamo. Estuve sólo acampando en una casa de té, donde compartí el desayuno con la dueña y aprendí a preparar un tsampa tibetano. Hermosa experiencia 🙂
Este siguiente día ya llegaría a Namche cerrando el circuito, volviendo a pasar por un trozo de queso de yak, y continuando la bajada por el mismo camino andado a la ida. Este día, que es mayoritariamente en bajada, llegué hasta Surke. A partir de ahí ya no se cruzan más los contingentes que van hacia Lukla, por lo que vuelve a ser tranquilo, excepto por las filas de mulas con las que hay que ser paciente y esperar a veces varios minutos (siempre contra el lado de la montaña, nunca del valle). En esta zona baja el transporte de mercaderías vuelve a ser predominantemente en mulas, mientras que de Namche para arriba sólo se ven yaks, que soportan la altitud de esos caminos. Además de, por supuesto, el transporte por medio de los hombros (y cabeza) de los porteadores, y de helicóptero.
Quedaban dos días para llegar a Salleri. En estos dos días el camino sube y baja sin mucha diferencia en la altura final, por lo que se recorre la misma distancia que a la ida en el mismo tiempo, pero con el cansancio acumulado de un par de semanas. A pesar de que estos últimos días decidí tomarlos tranquilo y no caminar tantas horas, por momentos se hizo pesada la vuelta. La última noche paré en Chhigaun, y sólo quedó para el último día una gran subida a Taksindú y, después de 24 km, finalmente Salleri y la bicicleta esperándome 🙂